El Ministerio de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita dijo en un comunicado que entregará al encargado de negocios de Suecia "una nota de protesta para reclamar, sobre todo, que las autoridades suecas tomen medidas inmediatas para poner fin a esos vergonzosos actos".
Suecia repatrió a todo el personal de su embajada en Bagdad tras el incendio de esa sede diplomática a manos de manifestantes iraquíes, al tiempo que Arabia Saudita e Irán, las dos grandes potencias musulmanas, convocaran a los representantes de Estocolmo en Riad y Teherán para expresar su rechazo a los actos de profanación del Corán autorizados por el Gobierno del país escandinavo.
“La seguridad es una prioridad. El personal desplegado llegó a Suecia en un vuelo regular”, indicó una vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores, que agregó que la embajadora ya se encuentra en Suecia.
La Cancillería había anunciado que, por razones de seguridad, la embajada de Suecia era temporalmente repatriada a Estocolmo.
“Estamos en contacto con las autoridades iraquíes y continuamos dialogando”, sostuvo la portavoz.
En tanto, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita dijo en un comunicado que entregará al encargado de negocios de Suecia “una nota de protesta para reclamar, sobre todo, que las autoridades suecas tomen medidas inmediatas para poner fin a esos vergonzosos actos”.
Por su parte, Irán convocó al embajador de Suecia en Teherán y pidió a Estocolmo que no permitiera más actos de profanación del Corán.
“Condenamos firmemente la repetida profanación del Sagrado Corán en Suecia y responsabilizamos al Gobierno sueco de las consecuencias de la provocación de los sentimientos de los musulmanes de todo el mundo”, declaró el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, Naser Kanani.
Un manifestante profanó el jueves pasado el Corán frente a la embajada de Irak en Suecia, una protesta que Estocolmo autorizó en nombre de la libertad de expresión.
Dos meses antes, el mismo hombre, un refugiado iraquí, había quemado varias páginas del Corán frente a una mezquita de Estocolmo, algo que el Gobierno también había autorizado.
El hecho desató una crisis diplomática entre Suecia e Irak y este último ordenó la expulsión de la embajadora sueca en Bagdad, retiró a todo su personal de Estocolmo y quitó la licencia para operar en el país a la empresa sueca Ericsson.
Horas antes, simpatizantes del influyente líder religioso iraquí Muqtada al Sadr habían atacado con antorchas la sede diplomática sueca en Bagdad.
Mientras tanto, en Bagdad, cientos de personas convocadas por Al Sadr volvieron a protestar contra la profanación del Corán.
Los manifestantes se congregaron en una avenida del barrio de Madinet Sadr y gritaron “sí, sí al islam”, “sí, sí al Corán” y “sí, sí a Irak”, según un corresponsal.
También mostraron ejemplares del libro sagrado de los musulmanes, retratos de Al Sadr y banderas iraquíes.
Los manifestantes quemaron además banderas LGBTIQ+ para denunciar “la doble vara” de Occidente, que, por un lado, defiende la igualdad y al mismo tiempo autoriza, como en este caso, la profanación del Corán.
“Con esta manifestación queremos hacer llegar nuestra voz a la ONU, para obtener la penalización de toda profanación de los libros sagrados, los del islam, el cristianismo y el judaísmo”, afirmó Amer Shemal, un responsable municipal de Madinet Sadr.
A la vez, en la capital iraní, Teherán, cientos de manifestantes salieron a las calles con banderas iraníes y ejemplares del Corán, y gritaron “Abajo Estados Unidos, el Reino Unido, Israel y Suecia”. Algunos incendiaron también banderas suecas.
También se produjeron protestas en Líbano, donde cientos de personas se congregaron frente a varias mezquitas en un suburbio al sur de Beirut, bastión del Hezbollah, el grupo político armado chiita.
El ejército reforzó las medidas de seguridad en las cercanías de la embajada sueca.